Tenga en cuenta que las recomendaciones que figuran a continuación no sustituyen al tratamiento médico y no garantizan la curación, pero pueden mejorar la salud.
Los complementos alimenticios no sustituyen a una dieta variada y equilibrada ni a un estilo de vida saludable.
Alguien me dijo que había leído que la dieta ceto y el aceite de coco están prohibidos en el cáncer, porque favorecerían la metástasis. Sé, por el contrario, que en general las dietas ceto o bajas en carbohidratos, así como el ayuno intermitente, se recomiendan a menudo en el cáncer - y la explicación es lógica y está documentada.
La principal fuente de energía de las células malignas (cancerosas) es la glucosa, pero la forma en que la utilizan es fundamentalmente distinta de la de las células normales. Este fenómeno se denomina efecto Warburg, en honor a Otto Warburg, que lo describió en la década de 1920.
🔬 ¿Qué es el efecto Warburg?
Las células cancerosas utilizan la energía de la glucosa de forma ineficiente: producen mucha menos energía a partir de la misma cantidad de glucosa que las células sanas. Sin embargo, esta forma de utilizarlas ofrece ventajas:
- les permite dividirse rápidamente;
- funcionar en entornos pobres en oxígeno (característicos de muchos tumores sólidos);
- crea un entorno ácido mediante la acumulación de lactato, lo que facilita la invasión de tejidos y la evasión del sistema inmunitario.
Además, el azúcar estimula la secreción de insulina e IGF-1, dos hormonas que:
- favorece la proliferación celular;
- reducir la apoptosis (muerte programada de las células enfermas);
- facilita la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis), que alimentan el tumor;
- provoca inflamación crónica y desequilibrios metabólicos (resistencia a la insulina, síndrome metabólico, obesidad);
- Afecta al sistema inmunitario: los estudios demuestran que, tras consumir azúcar, la función fagocítica de los leucocitos (la capacidad de destruir agentes patógenos) disminuye significativamente durante varias horas.
🥑 El papel de la dieta ceto y el aceite de coco en este contexto
Reducir la ingesta de hidratos de carbono y sustituirlos parcialmente por grasas saludables, incluido el aceite de coco, es el núcleo de la dieta cetogénica terapéutica, utilizada experimentalmente en algunos tipos de cáncer (glioblastoma, cánceres hormonodependientes, etc.).
En el ayuno intermitente, pero también en la dieta ceto, el organismo, al verse privado de glucosa, empieza a utilizar las grasas como fuente de energía. Estas se metabolizan en el hígado y se convierten en cuerpos cetónicos.
Una ventaja importante es que:
- Las células sanas pueden utilizar los cuerpos cetónicos como fuente de energía;
- En cambio, muchas células tumorales no las utilizan eficazmente, lo que puede suponer una ventaja terapéutica.
El aceite de coco es una excelente fuente de triglicéridos de cadena media (TCM), a partir de los cuales el organismo obtiene rápidamente cuerpos cetónicos. Además, el aceite de coco también tiene efectos antimicrobianos, antifúngicos y antiinflamatorios, gracias a su ácido láurico, por lo que favorece indirectamente la inmunidad y la salud intestinal, algo esencial para los enfermos de cáncer.
🥗 ¿Qué puede hacer en la práctica un enfermo de cáncer?
❌ Evitar:
- zumos, incluidos los de fruta fresca;
- dulces procesados;
- bollería y pan blanco;
- cereales "azucarados" y "sanos" sólo en los anuncios;
⚠️ Limited:
- frutas con alto contenido en azúcar (plátanos maduros, uvas, mango);
- miel y siropes (arce, agave, etc.), aunque parezcan naturales.
✅ Incluido:
- verduras verdes y de color con bajo contenido en almidón;
- Grasas saludables (aceite de coco, aceite de oliva, aguacate, frutos secos, semillas);
- Proteína limpia (pescado, huevos, carne magra, fuentes vegetales);
- especias antiinflamatorias (cúrcuma, jengibre, canela);
- puesto intermitente. Más detalles: AQUÍ.
Todas estas medidas pueden reducir la glucosa circulante y obligar a las células a utilizar cetonas, lo que, en muchos tipos de cáncer, puede limitar la alimentación del tumor.
💡 ¿Sabías que...?
La PET-CT, una prueba de imagen para detectar el cáncer, aprovecha la sed de glucosa de las células tumorales. Se inyecta glucosa sintética marcada con un isótopo radiactivo (flúor) y las células cancerosas la absorben con avidez, por lo que aparecen "iluminadas" en la imagen PET-CT.
🧾 Conclusión:
Las afirmaciones de que el aceite de coco o la dieta ceto "favorecen la metástasis" carecen de apoyo científico sólido. Por el contrario, un creciente número de investigaciones apoya un potencial beneficio metabólico, inmunológico y antiinflamatorio en determinados contextos oncológicos, con la advertencia de que NO sustituyen a los tratamientos oncológicos estándar.
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